- – Chicas, tengo una duda existencial. ¿Nosotras somos “millennials”?
– Ni idea. Del milenio pasado somos. No sé si eso califica.
– Seré curiosa, Matilde. ¿Qué define a un “millennial”?
– Ser fanático de las redes sociales, sacarse selfies todo el tiempo, estar pegado a las pantallas, instagramear a rolete. La generación “Smartphone”, digital, que le dicen.
– Nosotras venimos de la Olivetti a pedal, pero nos hemos aggiornado bastante, ¿o no?
– Y del teléfono a manija. En pocas décadas, cambió todo, con nosotras adentro.
– Y bien que se nos frunció el quetejedi en vísperas del 2000, pensando que volábamos por los aires, con mucho donaire, y se acababa el mundo.
– Pero aquí estamos, resilientes como las cucarachas. Pisando fuerte.
– Más fuerte pisan las minas despechadas, destapando ollas pestilentes.
– ¿Lo decís por la ex del tachero?
– ¿Quién? ¿Rolando Rivas?
– ¡No! Oscar Centeno, el fercho de Roberto Baratta. Le salió caro el taxista.
– Ni enterada. ¿Qué pasó?
– Parece que Centeno tiene ínfulas literarias, y durante años de años llevó un pormenorizado diario íntimo de sus viajes diarios, transportando guita mal habida. Coimas, bah.
– ¿Y dónde lo escribía? ¿En la compu? ¿En la nube?
– ¡No! El tampoco es muy “millennial” que digamos. No te rías. En los viejos y gloriosos cuadernos “Gloria”. Cursiva manuscrita. Tapa blanda, creo.
– ¡No te puedo creer! ¡Cómo amaba esos cuadernos! ¡Qué nostalgia de mi infancia!
– ¿Todo anotaba el chabón? ¿También si hacía número 1 o número 2?
– Tanto no sé. Lo cierto es que la ex los encontró y lo mandó en cana, literalmente.
– Siempre hay una ex rencorosa y vengativa. Como la ex de Vandenbroele. Malas como arañas venenosas. Los mandan al frente sin piedad.
– Igual, te digo que los cuadernos Gloria me dan más ternura que la marroquinería de López.
– No digo que esto no sea cierto, ni que se aproveche como una cortina de humo, pero qué bueno olvidarse un ratito de los aumentos de precios, los sueldos y jubilaciones raquíticos…
– Pero Mauri hizo un cachito de autocrítica, ¿vieron? Y nos recordó el sabio consejo de Lita de Lázzari: “Camine, señora, camine. Busque precio.” La filósofa del ama de casa.
– ¿Pero vos decís que lo de los cuadernitos es un golpe de efecto para distraer a la gilada?
– Lo que digo es que la realidad argenta es mucho más jugosa y entretenida que cualquier serie de Netflix. No nos aburrimos ni un segundo.
– Tenés razón. ¡Hay cada uno! El otro día la escuchaba a Daniela Cardone contando que tiene 3 gatos embalsamados en su mesa de luz: “Matute”, “Sofío” y “Azabache”.
– ¡Qué impresión! ¿Tendrán ojitos de vidrio los mininos?
– Y hasta quería embalsamar a la Elefante Pelusa, cuando se enteró de su deceso.
– ¿Y ella querrá ser embalsamada cuando estire la pata? Igual, es bastante plástica, así que no creo que se degrade mucho.
– Hay unos cuantos embalsamados vivos. El patiyudo yiojano, sin ir más lejos, y Santiago Bal Son Highlander esos tipos.
– Su ex, la Bolocco, se enganchó con un mega millonario. Tiene buen ojo la chilena para elegir pololos. Nunca un albañil la rubia.
– Chicas, hay que cuidarse del frío. Recuerden el dicho: “Julio te prepara, agosto te lleva”.
– ¡Tocáte la izquierda! ¡Mozo! Una ronda de ruda macho para todas, please. ¡Chin, chin!