¿Viste, Nelly? Vos siempre que la criticás a la Su por cabezahueca, que todos los novios, tarde o temprano, le hacen alguna trastada. Bueno, al Popi le puso la tapa bien puesta.
No me enteré, Stella Maris. No leo revistas del corazón.
Eso de pijotera, por no comprar, pero bien que no te perdés ni un programa de chimentos.
Andá al grano, ¿querés? Si te dispersás, te olvidás lo que estabas diciendo.
Como el Popi éste tiene fama de seductor empedernido, le tendió una celada. A una fiesta a la que ella sabía que él iba a ir solo, le mandó una amiga rubia pulposa, para ver si el pibe pisaba el palito y le tiraba los galgos.
¿Y?
Le tiró la jauría completa. La mina le siguió el jueguito, y él cayó como un chorlito.
¡Qué nabo! Se perdió a la gallina de los huevos de oro.
¿No será que ella estaba en cuarentena por la operación de cadera? Habrá tenido síndrome de abstinencia el pobre muchacho.
¡Ay, Luisa! ¿Que tiene que ver? Al contrario. Tendría que haber hecho letra gótica el pibe: mimarla, cuidarla, atenderla, en vez de irse de joda.
Este sí que fue un “touch & go”. Cada vez le duran menos a la rubia.
Mejor que se lo sacó de encima rapidito. Le salió barato.
Además, ¿quién le quita lo bailado? Fue un buen service y punto.
¡Qué prosaica que sos, Ana María! ¡Un service! Ni que fuera un auto.
Y eso que estuve fina. Casi digo “le midieron el aceite”.
No seas vulgar, querés. Tenés sobredosis de TV.
Las veteranas estamos de parabienes, ¿vieron? Dicen que Gonzalito Heredia, el ex de Cecilia Roth, le arrastra el ala a Flavia Palmiero..
¿Le arrastra el ala? ¡Qué antigüedad, Felisa! Se dice “transar”.
Ese chico tiene un Edipo no resuelto. Que lo vea con su analista.
Seguro que se la transa también. No hay jovata que se le resista.
Si a esta altura del año ya hay escandaletes, imagínense cuando arranque el programa del Cabezón, que es la usina central.
Pero tiene sucursales, Olguita. El venerable Congreso de la Nación es una de ellas, para no ir más lejos. Hamlet diría: “¿Quórum or not quórum?”
Y el fútbol no se queda atrás, Luisita. Palermo versus Riquelme; Luli Fernández, entre Juan Ramón y Mouche; el choque Caruso-Asad. Peor que las vedetongas.
Estamos todos muy almodovarianos: al borde de un ataque de nervios. Y como el pescado se pudre por la cabeza, los malos ejemplos cunden. Así de simple.
Hablando de la degradación del habla cotidiana, me sorprendió Bergoglio, cuando dijo: “Los chicos salen de la escuela y van a la esquina a comprar merca”. Impensado de boca de un cardenal.
Pero a las cosas hay que llamarlas por su nombre, Felisa. Nada de eufemismos.
Sí, pero ojo que el Vaticano vinculó a la pedofilia con los gays. Casi como si ser gay y pedófilo fueran sinónimos. Se les fue la mano.
Una epidemia de incontinencia verbal. Carbón para todo el mundo. ¡Chin, chin!